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Escucha, comunica, aporta... ¡Emprende!

  • Raúl David Córdoba Arneaud
  • 29 sept 2015
  • 2 Min. de lectura

Ser emprendedor no sólo significa ser esa persona con el impulso de poner en marcha una idea, un negocio. Muchas veces dejamos de lado todo el esquema empresarial que hay dentro. Una de las cosas que debemos tomar muy en cuenta es que nuestro equipo de trabajo, no es perfecto. El empresario o emprendedor, tampoco lo es. Es por esto que no debemos olvidar nuestra humildad, nuestras maneras de comunicarnos y relacionarnos, porque a fin de cuenta somos humanos, tenemos debilidades y defectos que son parte de nuestros modos de proceder.


El emprendedor de hoy no puede tener el mismo esquema de empresario anticuado de hace algunos años, que sólo se comunica con sus empleados en contadas ocasiones. O que simplemente actúa como un cangrejo ermitaño.


El emprendedor debe desarrollar una serie de habilidades que le ayuden a afianzar equipos de trabajo altamente efectivos, con la capacidad de lograr objetivos y de tener ideas innovadoras. Hay algo que se debe tener en cuenta, el emprendimiento responde a una curva o ciclo de vida y nuestro objetivo como emprendedores es suavizar el proceso de iniciación, para que sea lo menos traumático posible, crecer en forma sostenida y frenar el proceso de declive. En todo ese ciclo estamos acompañados de un equipo de trabajo, y muchas veces, de ellos depende que nos mantengamos en un lugar u otro.


Además de una comunicación asertiva y el desarrollo de la paciencia como una de nuestras fortalezas, debemos contemplar que somos los conductores de nuestro equipo y nuestro camino es la misión y visión de la empresa. Debemos ser cuidadosos al momento de hacerles entender que son parte importante de nuestra organización, porque puede prestarse a interpretaciones diversas. Todos tenemos personalidades diferentes, algunos captan informaciones a través de la lectura, otros por material audiovisual, otros simplemente, con una reunión o un buen gráfico. La verdad es que no todos estarán contentos con la alternativa que escojamos, queda de nuestro lado seleccionar una opción que se adapte más a nuestro equipo de trabajo. El emprendedor debe trasladarse a la visión de equipos más que de individuos. Sin embargo, nunca debe olvidar ese tipo de relaciones para afianzar conductas que aporten valor a la empresa. El objetivo de la visión de equipos es subsanar los efectos negativos que puedan desarrollarse. Nunca faltará aquel empleado que diga: ¿Y crees que con esta palmadita en la espalda estaré motivado? Es aquí cuando el equipo fomenta un espíritu de trabajo más positivo y comprometido con los objetivos, donde se exaltan las cualidades más que las quejas. Pero es en ese momento en que el emprendedor debe incentivar a su equipo con actividades de desarrollo, entretenimiento, y también, a través del esquema de incentivos salariales.


Todo este trabajo nos ayudará a cumplir nuestros objetivos, y enfatizo en la palabra: Nuestros. Porque cuando trabajamos en equipo: los objetivos, las tareas, las ganancias, los problemas, los reconocimientos, las soluciones y demás cosas, son compartidas.


Raúl David Córdoba Arneaud

Asesor Empresarial

Consultoría Empresarial para Emprendedores y Empresarios

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​© 2015 por Raúl Córdoba Asesor.

RIF V-20327268-1

 

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